lunes, 5 de febrero de 2007

Oda a la Sumisión


¡Oh, Dama del Volcán, poderosa Esclava del Sentir, acude a mi Llamada!
Permite que éste, humilde esclavo de la Dominación, haga realidad su fantasía.
Favorece los vientos que erizan la piel, contamina mi mente de palabras que hagan nacer el arte de la entrega.
A tí, poderoso Caballero de Oriente, te ruego permiso para realizar este malvado hechizo vudú; un hechizo perverso y sensual que hará las delicias de mi León enjaulado.
Libera las cadenas que me oprimen y déjame libertad para trascender al Otro Lado.
Permíteme alzar el vuelo hacia ese lugar donde habitan la Obedencia y la Entrega.
Permíteme, oh poderoso Caballero, beber el elixir de la Esclavitud.
Permíteme ser, de una vez y para siempre, tuyo.

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Quisieron atar al león.Quisieron cortar su melena de magma, densa e hinchada en el aire. Quisieron enseñarle una palabra que no era la suya. Pero el león no fue muerto y ahora tiene una nueva casa. Allí serán invitados los que pretendieron hacerle burla y apalearlo. Vivirán la hora de la gran vergüenza y el dolor quemante.

Lord Mayfair dijo...

¿Serás tú mi esclavo favorito?