jueves, 12 de julio de 2007

El Dolor

(Extraído del borrador de mi tesis).

La concepción del dolor es, sin duda, la de mayor relevancia cuando nos adentramos en el sadomasoquismo. No se trata, empero, del dolor común como el dolor de muelas o el que se siente cuando algo intenso nos aflige. Se trata de un dolor concebido con un fin erótico, placentero.
El dolor se convierte en el placer en determinada circunstancia y en determinado momento. No nos encontramos ante el dolor de per se, sino con un dolor buscado a propósito para un fin determinado.
Sin embargo nos vemos obligados a distinguir dos tipos de dolor, relacionados a su vez con dos clases de sumisión masoquista: en primer lugar distinguimos un dolor que se sufre voluntariamente como muestra de entrega al amo por parte del esclavo. Este dolor va asociado a lo llamado sumiso o sumisa, a diferencia del masoquista, dónde el dolor es buscado por placer digamos que egoísta, es decir, un dolor que produce placer en el individuo y en el que la noción de entrega no juega su papel primordial (el caso del sumiso).
Un comentario interesante merecería el hecho de que el masoquismo sea más complejo que el sadismo. Será motivo de análisis en la parte tercera, pero lo que ya se debe estar olfateando es el sentido disciplinado y centrado de esta perversión.
Pero la pregunta clave que uno debería hacerse es: ¿cómo es posible que alguien pueda transformar el dolor en placer? Lejos de controversias morales como las del tipo si es correcto o no, la pregunta tiene su complejidad.
A lo largo de la historia de la sexualidad, se ha dado la absoluta certeza a la tesis de que el placer sexual se originaba en los genitales. Pero esta tesis queda en entredicho si se tienen presentes la características del placer sexual sadomasoquista.
Aunque existan relaciones sexuales convencionales dentro de los practicantes del sadomasoquismo, el placer más intenso se obtiene con la dominación y la sumisión. Este mismo rol adoptado voluntariamente es con el que se obtiene el mayor placer, sin que intervenga el contacto físico.
Aquí se pone en jaque la teoría acerca de la genitalidad pero, ¿dónde se encuentra el placer pues? La respuesta es tan simple como acertada, en el centro neurálgico del cuerpo humano: en el cerebro.
Lo que se alimenta directamente en el sadomasoquismo es la imaginación que uno tenga para asumir su rol. Otorga placer el hecho de verse como en sus fantasías. Esto relaciona el placer y la mente directamente. Es en el cerebro dónde llegan todos los impulsos nerviosos, y dónde se desarrolla el deseo y las fantasías, y con estos el placer.
Es por eso que el dolor alimenta el placer al ser la prueba física de su fantasía (ya sea de entrega o de masoquismo).
Se trata de un bucle que ya Spinoza advirtió en su Ética, situada en la inmanencia más radical, y que relaciona de manera inseparable el cuerpo y la mente. Es en ésta dónde surge el deseo (sea pues, el de entrega), y al verse satisfecho ese deseo (a través, entre otras cosas, del dolor) el placer llega al cuerpo sin que éste se una sexualmente al otro individuo.
Sin embargo, aunque para este autor, el dolor sería parte de una pasión triste, es en sentido sadomaso cuando se convierte en una pasión alegre, pues ahora otorga potencia en vez de restarla.
Esto no quiere decir que no se practique sexo convencional en las relaciones sadomasoquistas, sino que la intensidad mayor de placer viene cuando se alimenta directamente al cerebro, es decir, en la medida en que se involucre en su rol.

5 comentarios:

Anónimo dijo...

Ha pasado mucho tiempo, mucho. Dos cosas para ir entrando de nuevo en tus dominios. El extracto es interesante, pero algo flojito. Quizá deberías replantearlo y desgarrar más el tema. Por otra parte, el fondo negro de la pantalla y las letras blancas tienen un efecto cegador. Resulta muy incómodo leer. besos y salve Lord.

Lord Mayfair dijo...

¿Flojo? ¿Acaso domina usted el lenguaje filosófico o la disciplina filosófica para dar semejante consejo? De todos modos, es un borrador y aún está por madurar... Ya sé quien eres...

Anónimo dijo...

Ya sabes Lord quien soy yo.
No domino nada.
Sin embargo me gusta aprender. Me gusta racionalizar.
Y en su día comentamos algo sobre el texto.

Es verano. No apetece el esfuerzo.
Pero el esfuerzo templa el alma.
Lord ...

Lo que ciega es la sabiduría. Lo que nos inmobiliza es la falta de ella ...

¡¡ más luz!!

yosi_sumiso

Anónimo dijo...

Me voy con la hechicera. La abrazo.

El Pasadizo Oculto dijo...

Conceptos Interesantes.
Y sin marketing efectista.

Persevere.

Gracias.


AVS
En el tránsito de un
Pasadizo Oculto